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Ucrania: Nuevos hallazgos sobre la devastación rusa a la ciudad de Mariupol

Es urgente iniciar una investigación de crímenes de guerra sobre las pérdidas masivas de vidas civiles e infraestructuras.

  • El ataque ruso a la ciudad ucraniana de Mariupol en 2022 dejó miles de civiles muertos y heridos, muchos de ellos en ataques aparentemente ilegales, según muestran nuevos hallazgos.
  • La devastación de Mariupol por parte de las fuerzas rusas y sus continuos esfuerzos por borrar la cultura ucraniana se destacan como uno de los peores capítulos de su invasión a gran escala de Ucrania.
  • Los organismos internacionales y los gobiernos comprometidos con la justicia deberían centrarse en investigar a altos funcionarios rusos que puedan haber estado involucrados en crímenes de guerra en Mariupol.

(Kiev, 8 de febrero de 2024) – El asalto militar ruso a la ciudad ucraniana de Mariupol entre febrero y mayo de 2022 dejó miles de civiles muertos y heridos, muchos de ellos en ataques aparentemente ilegales, y dejó atrapados a cientos de miles durante semanas sin servicios básicos, dijeron Human Rights WatchTruth Hounds y SITU Research en un informe con numerosos hallazgos nuevos publicado hoy.

Calle Universytets’ka en el centro de Mariupol, Ucrania, el 10 de marzo de 2022, un día después de que la aviación rusa atacara la zona.
© 2022 AP Photo/Evgeniy Maloletka

El presidente ruso Vladimir Putin y otros altos funcionarios deberían ser investigados y enjuiciados adecuadamente por su papel en presuntos crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas durante los combates que tuvieron lugar allí, y Rusia debería ofrecer reparaciones a las víctimas de violaciones de las leyes de guerra y a sus familias.

El informe de 224 páginas, “‘Our City Was Gone’: Russia’s Devastation of Mariupol, Ukraine’” (“‘Nuestra ciudad desapareció’: la devastación rusa de Mariupol, Ucrania”), un reportaje multimedia digital que lo acompaña y un video de 20 minutos, analizan el sufrimiento de los civiles y los daños a miles de edificios, incluidos varios cientos de bloques de apartamentos de gran altura, hospitales, instalaciones educativas e infraestructura de electricidad y agua. También describen repetidos intentos por parte de funcionarios ucranianos y agencias internacionales de organizar evacuaciones oficiales y entregas de ayuda humanitaria ante la obstrucción rusa.

“La devastación de Mariupol por las fuerzas rusas se destaca como uno de los peores capítulos de su invasión a gran escala de Ucrania”, dijo Ida Sawyer, directora de la división de crisis y conflictos de Human Rights Watch.

“Los organismos internacionales y los gobiernos comprometidos con la justicia deberían centrarse en investigar a los altos funcionarios rusos que podrían estar involucrados en la supervisión de crímenes de guerra en esta ciudad otrora vibrante”.

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El informe se basa en 240 entrevistas a residentes de Mariupol, en su mayoría desplazados, llevadas a cabo por Human Rights Watch y Truth Hounds, una de las organizaciones de derechos humanos más importantes de Ucrania, y un análisis de más de 850 fotografías y videos, documentos y decenas de imágenes satelitales de Human Rights Watch y SITU Research. El reportaje multimedia digital incluye reconstrucciones en 3D de siete edificios dañados en ataques aparentemente ilegales, gráficos sobre escuelas y hospitales dañados y un análisis de las fosas para ayudar a estimar el número de muertos.

Los grupos documentaron en detalle 14 ataques que dañaron o destruyeron 18 edificios, matando e hiriendo a civiles. Incluyen ataques que afectaron a dos hospitales, el teatro de la ciudad que albergaba a civiles, un almacén de alimentos, un centro de distribución de ayuda, un supermercado y varios edificios residenciales que servían de refugio. En esos ataques, Human Rights Watch y Truth Hounds no encontraron evidencia de presencia militar ucraniana en o cerca de las estructuras atacadas o, en algunos casos, una presencia militar menor, lo que los haría aparentemente ilegales.

En un caso, un hombre que ayudó a rescatar a sobrevivientes y a recuperar cuerpos de los escombros de un edificio residencial después de un ataque el 13 de marzo de 2022, describió lo que vio: “El edificio quedó simplemente pulverizado”, afirmó. “Ya no quedaba casi nada, solo parte de un baño y parte de un pasillo…. [Un hombre al lado de su madre muerta] estaba cubierto de sangre. Le salía sangre de los oídos, la nariz y los ojos, y lloraba… [Otro hombre] sostenía a su hijo sin vida y le hablaba. No dejaba de decir: ‘El niño no llora’”. El ataque mató a ocho civiles e hirió a otros tres.

“A pesar de los desafíos que supone investigar crímenes de guerra en zonas que se han vuelto inaccesibles debido a la ocupación rusa, nosotros y nuestros socios hemos pasado casi dos años poniendo en evidencia la verdad sobre los horrendos crímenes cometidos por las fuerzas rusas en Mariupol”, dijo Roman Avramenko, director ejecutivo de Truth Hounds. “Esta investigación tiene como objetivo garantizar que estos crímenes nunca sean olvidados y que los responsables comparezcan ante la justicia”.

El análisis de imágenes de satélite, fotografías y videos de los principales cementerios de la ciudad encontró que más de 10.000 personas fueron enterradas en Mariupol entre marzo de 2022 y febrero de 2023. Al comparar el crecimiento de las tumbas con la tasa de mortalidad normal de la ciudad, los grupos estiman que al menos 8.000 personas murieron por combates o causas relacionadas con la guerra, aunque se desconoce cuántas eran civiles.

El número total de muertos puede ser significativamente mayor: algunas tumbas contenían varios cuerpos y los restos de otros probablemente estuvieran enterrados entre los escombros. Puede que algunas personas sigan en fosas improvisadas y otras podrían haber muerto posteriormente por causas relacionadas con la guerra. Algunos familiares de los desaparecidos siguen buscando a sus seres queridos.

Miles de personas resultaron heridas, muchas de las cuales perdieron extremidades, la vista, el oído o la memoria, incluso por lesiones cerebrales traumáticas causadas por explosiones.

El informe identifica a 17 unidades de fuerzas rusas y afiliadas a Rusia que operaban en Mariupol en marzo y abril de 2022.

Los grupos también identificaron a 10 personas que, como cuestión de responsabilidad de mando, podrían ser penalmente responsables de crímenes de guerra relacionados con ataques ilegales y el posible bloqueo arbitrario de la ayuda humanitaria y las evacuaciones. También podrían haber cometido crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad por el traslado forzoso de residentes de Mariupol a Rusia y al territorio ocupado por Rusia. Según el principio de responsabilidad del mando, un superior es responsable de los delitos cometidos por sus subordinados cuando sabían o deberían haber sabido que se estaban cometiendo, pero no tomaron medidas razonables para detenerlos o castigarlos.

El 4 de diciembre de 2023, Human Rights Watch envió al gobierno ruso un resumen de las conclusiones del informe y una lista de preguntas pero, hasta el 1 de febrero, no había recibido respuesta.

Desde que ocuparon la ciudad, las autoridades rusas han estado construyendo nuevos edificios de apartamentos de gran altura como parte de su plan declarado para reconstruir y reurbanizar Mariupol para 2035. Una potencia ocupante debe retirar los escombros y demoler estructuras inseguras para proteger a la población. Sin embargo, en ausencia de investigadores independientes, el gobierno ruso está borrando pruebas físicas en cientos de posibles escenas de crímenes.

Las fuerzas de ocupación también están eliminando los marcadores de la identidad ucraniana, incluso imponiendo un plan de estudios escolar ruso y cambiando el nombre de las calles. Los residentes están obligados a obtener pasaportes rusos para solicitar ciertos empleos y prestaciones.

En Mariupol, como en otras partes de Ucrania, las fuerzas rusas y afiliadas utilizaron de manera generalizada armas explosivas con efectos de amplio alcance, incluidos bombardeos con tanques y artillería pesada, lanzacohetes de múltiples cañones, misiles y ataques aéreos en zonas residenciales. El uso de ese tipo de armas en zonas pobladas, con efectos devastadores para los civiles y la infraestructura civil, aumenta la preocupación por ataques ilegales, indiscriminados y desproporcionados.

“Mariupol es un testimonio de la cruel destrucción y el sufrimiento causado por las armas explosivas en ciudades y pueblos de todo el mundo”, dijo Sawyer.

“Todos los gobiernos deberían apoyar la justicia por los crímenes cometidos en Ucrania y firmar la declaración internacional que condena el uso de armas explosivas en zonas pobladas”.

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